domingo, 31 de octubre de 2010

La certeza de un sentimiento inasible.

Hace mucho tiempo no lloraba tanto viendo una película, ver cine es un asunto experiencial, me dijo una vez un amigo...

Y no me interesa hablar mucho de la película en si, quizá no se necesario precisar de qué trataba, estaba un poco distante porque era de Clint Eastwood, y de amor, pero me atrajo que era con Merly Streep y que el que me vende las películas sólo supo decir :" un clásico!".

Pero el asunto en la experiencia, me hizo pensar en muchas veces que se siente esa certeza, que nos hace decir cosas, ciertas cosas que se dicen sólo una vez en la vida. Y qué cuando se dicen parecen sencillas, sin grandes palabras de por medio; pero es un asunto de momentos, de comprensión mutua, de certezas compartidas, cosas que trascienden las palabras. Es un esfuerzo doble lograr ponerle palabras, de la forma más cuidadosa para no manchar el sentimiento; porque a veces hay que usar palabras, cuando, no hay miradas compartidas, no hay silencios elocuentes, no hay tacto, solo palabras e imaginarios.

Cómo poder expresar una emoción sin mancharla, sin mancillarla? Es posible que alguien más capte su belleza y su intensidad?

Quiero volver a tocar piano, amar intensamente, decidir... Sentir ésa certeza fuerte, como en esos cuatro días de recuerdos, pelear contra las dudas y decidir. Al final, sin importar que pase o que decida uno, queda una certeza, ese sentimiento que nos lleva a decir ese algo sólo una vez en la vida.

Los puentes de Madison, casi no la veo, y quiero volverla a ver ya mismo, otra vez, para comenzar a captar esos detalles, que se me escaparon por estar sumergida en la historia de un amor, una certeza, la vida de una mujer llena de rutinarios detalles que no pudo dejar, el hombre que los extrañaba a todos, por lo cual no se aferraba a ninguno.

Creo que entiendo perfectamente porqué razón no se bajó de carro cuando el semáforo estaba en verde, y capto en alguna medida como una certeza, que dura a veces tan solo un suspiro, puede dar fuerza a una vida entera.

Let me tell you why I cannot go, Tell me again why I should go.. This kind of certainty comes by once in life time...




viernes, 29 de octubre de 2010

En la calle, relato de una salida cualquiera.

Me quito el reloj mientras pienso, cómo comienzo el escrito, la divagación de hoy? lo pongo sobre la mesa, y escribo esto, es inevitable, la musa me ha visitado desde hace unas cuadras.

Sucedió cuando venía caminando hacia la casa.

De repente sentí que llevaba mucho tiempo sin salir de mi casa, todos los días parecíanse unos a otros.

Vi cosas afuera, cosas que me asombraron, vi gente, yo detallo la gente, me gusta hacerlo, encuentro belleza en todas partes y cosas a las cuales esconder la cara, también en todas las partes, aunque no suelo esconder la cara al fin de cuentas.

Me subí a transmilenio y saqué mi libro para leer en los buses : "The Picture of Dorian Gray", ya voy en la página 153; ni sé cómo lo he hecho, pero leer Wilde y dormir son los dos únicos placeres que encuentro en el transporte público bogotano, ah! ,y claro, observar a la gente; con la mente abierta, ojos curiosos, corazón noble.

Vi una pareja delante mío, ambos muy jóvenes y particulares, los dos con gafas, super delgados, con acné, signo y cruz de la adolescencia para muchos, el tiene el cabello recogido, su crespo cabello algo desordenado, labios húmedos, humedecidos por su novia, dulce ella, como un suceso, dulce, se miran a los ojos, hablan de física cuántica y de las respuestas del parcial, se besan cada suspiro que se reprimen, ella lleva un blusa que deja ver parte de su tierno busto, el lo mira a hurtadillas, con ternura, hasta diría que se aman. En realidad los envidio, aunque no tanto.

Hice una llamada, solo para distraerme de ellos, Hola caballero, cómo estás? hola linda. Hablamos un poco, de repente me dice estás en la universidad, nos vemos y me dejas consentirte un poquito?, ah, en la U, no me gusta el aquelarre, no me puede dar frío en el oído, y qué me cuentas, poco animado me contesta cualquier cosa; me pregunta que como estoy; si, estoy bien, en el transmi hacia el restrepo a... bla bla bla bla, cuelgo. Es malvado el destino, me sonríe, pero de léjos, me ofrece labios que sólo puedo imaginar y besos que no quiero probar.

Hay cosas que ni se compran ni se venden.

Pero si quisieras irte, en un hipotético caso, a Portugal? , pregunta mi hermana; yo me río, es una pregunta demasiado prematura contesto, sin embargo me quedo pensando, ella sabe que yo no quisiera. Me pongo a pensar en ésto al colgar el celular, busco con la mirada a los dulces chicos, se debieron haber bajado ya, no los encuentro. Se sube un muchacho de ojos verde intenso, cabello amarillo, bastante alto, y apenas ingresa me mira fijamente, yo estoy en otro lado del planeta, pensando en otros ojos, me dentengo un poco, vaya, ojos verdes hermosos!, y vuelvo a pensar, olhos pretos coração quente.

No me había dado cuenta, hoy es el día en de los niños y de las brujas, me entretuve gran cantidad del recorrido mirando niños disfrazados, por lo general están felices en esas, vi muchas princesitas, niñas maquilladas, con pequeñas diademas, coronas de princesas, niños disfrazados de animales y nobles caballeros; desde luego superhéroes. Una mamá sacaba de su neceser un lápiz de maquillaje color negro para dibujar una nariz de león en la nariz de su pequeño, en la parada la madre dice, disculpen, perdón, perdón, para que le habrán paso y los dejen salir, el pequeño habla con el señor que conduce el bus, grita fuerte pues sabe que está en el tercer vagón: espere señor que me voy a bajar!, maravilloso, este pequeño hace palpitar mi corazón más fuerte.

Sólo me hace falta una cámara fotográfica para poner aquí las cosas particulares en las que me fijo, cómo me hace falta una cámara!!!

A veces me pasa que levanto la mirada en el transmilenio y alguien mira fijamente, yo suelo sostener la mirada, por curiosidad y porque me gustan los ojos, luego jamás vuelvo la mirada al sujeto, a menos que pase algo y lo que pasó hoy, en uno de los alimentadores, era que este señor, se estaba mordiendo los labios.

No es que hubiese sido un gran suceso todo lo que vi hoy, quizá me sentí algo diferente, una mujer, de blusa rosada y mangas largas, pantalón negro, cabello largo suelto y descomplicado mirando a todos ora con morbo, ora con curiosidad, ora con extrañeza luego admiración. Cosas que todos merecemos.

Jugué sola hora y 10 min. de billar pool, salí cansada, en el lugar me mandaron tres cervezas de desconocidos, a mi lado se organizaron 5 costeños a jugar dominó, peleaban por la mesa, tiene que ser redonda! decían, echée, anda, tienes una redonda o la traemos de la casa? estresan al dueño, me estresan a mi, me miran demasiado, me ponen nerviosa, dicen que el billar pool gusta mas en el llano y en la costa, pienso que ellos deben ser bueno jugadores y me siento como si fueran jueces, repito una jugada 4 veces, al fin lo logro, luego noto que me miran en otro plan, me han tomado fotos, la última en meter fue la bola 11, me voy. Señor, Tiempo, cuánto le debo? anda pero esta boyaquita si que es esquiva, dicen los costeños, que te ha disgustao?, relajate linda. Los miro a los ojos, no respondo nada, cuánto me dijo que debía? 3100, igual ya estaba cansada, pago y doy las gracias, miro al más viejo de los costeños y hago una seña de despedida con la cabeza. El que me cobra inusualmente me hace la charla, porque siempre viene sola, cuando viene y jugamos tres bandas, si estoy libre claro, puede ser entre semana. Siempre voy sola a jugar, y estoy acostumbrada a que me miren repetir mis jugadas una y otra vez, estoy aprendiendo, y tambien me miran porque voy sola, es raro ver a una mujer sola en un billar jugando pool o tres bandas; sin embargo, tener 5 ruidosos, entonados y alebrestados costeños jugando dominó, (esto es, tirando las fichas sobre la mesa cada dos por tres) en la mesa de a lado, eso ya es demasiado, además estoy cansada, me voy...

No se diga más, que he estado sola y me he sentido sola nuevamente, segundo viernes, nada de baile, nada de amigos, a quienes dar un beso y un abrazo. Tranquila, ilusionada, porque se me hacen insoportablemente denso el aire si no tuviese ilusiones. Me acuerdo nuevamente de del puerto aquel , pero no me importa el puerto en sí, lo que me importa, lo que quita el sueño son ésas ideas, palabras que hacen laberintos en mi corazón, poco a poco, pero con sorprendente fuerza me arrincona una realidad dual, extraña, fascinante que ya no quisiera soltar, así esté en léjos, intocable, inasible o en la vuelta de la esquina, hay cosas que definitivaente son reales, (que no me escuche Valsiner; sin embargo, si me escucha, él bien sabe que no hablamos de la misma forma de realidad); pero algo se hace real cuando altera mi percepción de la vida y de mi misma. Y es maravilloso vivir respirando tan dulce forma de realidad traspasada por mis ideales y mis deseos.