
Dos personas.
Érase una vez una persona tonta. Una persona que pensaba poco, y cuando lo hacía creía que lo estaba haciendo. Érase una vez una persona astuta, que aprendió a identificar las tonteras de la tonta, y que en base a eso construía el mundo de ambas, la tonta no hacia mucho por dirigir el curso de su vida, pero tenia presente que en algún momento debería hacerlo, la persona astuta, no pensaba, simplemente iba haciendo. Pasaron algunos años, digamos que menos tiempo, algunos meses, y las dos personas seguían en las mismas, pero con algunas variantes, las dos poseían emociones, y las emociones les habían hecho algunas cosas… la persona astuta se había llenado de confianza en si misma y creyó que la persona tonta nunca se cansaría de un estado tal de las cosas. A tal punto llego la confianza del astuto, que llego a considerar que la persona tonta era una pseudos-persona, una casi-persona, cómo decirlo…una no-persona. Y casi lo era. La persona tonta, en realidad no hacia mucho por si misma, nada a largo plazo, parecía carecer de la capacidad de pensar en su vida después de una cantidad de años. Eso parecía, porque en realidad ella de vez en cuando pensaba, pero era en la persona astuta, confiaba en ella. Su falta de palabra y voz era un asunto de confianza. Los dos confiaban en el otro, pero cada uno a su manera. Qué paso con estas personas? Bueno, la gente no suele ser buena, o lo es, pero a la manera propia, un día, la persona tonta dejo de confiar en la astuta, pues a tal punto llego la confianza de la astuta que había llegado a subestimar demasiado la capacidad de la tonta. Se puede herir a un persona cuando se piensa por ella, pero en nuestro concepto, se hiere mucho más cuando se siente por ella, así que la persona tonta se sintió realmente afectada cuando comenzó a sentirse como una máquina. La persona astuta estaba cegada por si misma, mientras de un golpe la tonta abrió la boca y realizó una acción. Pero antes de esa acción dudo mucho, caviló, no estaba muy acostumbrada a llevar sus pensamientos al acto, no estaba muy acostumbrada aún, a entender los actos de los demás, ni tampoco estaba muy acostumbrada a llevar sus pensamientos a las palabras. De manera que una vez sintió el impulso dentro de si misma… esta persona débil y tonta hizo algo: mató a la otra.
Hace poco tiempo he recibido noticias de la persona tonta, está en un lugar donde dicen llevan a las personas que no son capaces de responder por si mismas. Un lugar medio diabólico, con personas que pese a que diferentes todas, suelen recibir la misma dosis diarias de los mismos calmantes, medicinas…
He decidido ir a visitar a la persona tonta hoy.
Bueno, para que sienta que yo me acuerdo de ella, y para que sienta que … cualquier cosa, para que sienta cualquier cosa.
Llevo algún tiempo mirándole a los ojos, los cuales tiene hoy medio volados, veo a ésta, la persona tonta y digo, bueno ya no lo parece tanto, es más ya ni parece persona, algo le ha pasado, es raro que se halla negado a venir a la cita conmigo…
Yo le conozco desde hace años, me parece que la conozco desde que me acuerdo de mi, y le conozco bien, pero si me preguntas porque está en ese lugar del diablo, o porque no pensaba demasiado… bueno no sé, yo misma tampoco la entendía, pese a que era casi como mi alma… bueno, qué he dicho? Que era como mi alma… bueno, es que así era, pero no le digas a nadie eso… doy muchas vueltas… en que iba?
- ibas en que la habías visitado hoy y que no estaba consiente-.
Bueno, si estaba o nó conciente, eso es algo que no sé. El hecho está en que me enteré que cuando le dijeron que ya iba llegando la hora de verse con la persona aquella (es decir conmigo)…. Bueno en ese momento se negaba.
Es que no le gustan los espejos, bueno, yo digo que lo que en realidad no le gusta es ella misma, pues porque acaso qué tienen que ver los espejos con ella misma? No le han hecho nada los espejos, ¡como si los espejos tuvieran alma para hacerle daño!
Si, tenia los ojos en otra parte, no me miraba a los ojos y yo si, le ponía la mas bella y sincera de mis sonrisas, pero ella nada… seguía sin mirarme, a veces , y eso me impresionaba más que su aspecto, me miraba sin mirarme, aquella persona tonta… tenia la mirada infinitamente dulce ¡! Esa mirada se opacó una vez por el odio…ya lo sé bien, pues esa persona tonta es como mi alma, la persona de mi alma.
Que peligro tan grande representa el odio en una persona tonta.
ya vez como me enredo de nuevo…te estaba habando de mi persona aquella….
Que qué hice después? Mirarla y mirarla…
Quería amarle.
Pocas veces se tiene ante si de esa manera, tan al natural, todo un fenómeno humano que es capaz de negarse a una mirada llena de todo. Porque no aprovecharlo? Es como cuando en la biblioteca de postgrados de ciencias humanas llega un tipo guapo. Porque no mirarle? Bueno, así yo contemplaba el espectáculo aquel. Sin embargo, así como llega el tipo se va sin que me regale una mirada y menos sin que yo le diga nada, así mismo, esta persona tonta me mira sin mirarme y aún mas me odia sin razones.
-Dices que mataste a una persona astuta?-, le pregunto yo… a ver si se compadece de ésta alma suya que le ama y le habla.
No responde nada.
-Pero tu una vez dijiste que esa persona se llamaba fulana de tal y ésa persona está viva. Ante ti, ahora.
-si , le maté, esa persona eres tu-… escucho su voz por fin… ha hablado!
-Pero qué dices? ¡Si yo soy tu alma! Respondo.
Ya hace años que no hablábamos como hoy, y bueno, hoy por fin hablamos, bueno, si eso es hablar. Digamos que ya estoy cansada… me perdí de nuevo en el eco de su voz dulce como su mirada… cada vez que ella habla me mata de nuevo. Es tan hermosa y profunda la voz aquella, que me quedo atónita, medio moribunda… y resucito por breves instantes cuando viene al encuentro de la persona aquella (es decir yo) a este mismo espejo o cuando el eco de su voz resuena en mi. Momentos de muerte y de vida cortos y agotadores. Saberme viva y muerta, amada y odiada, astuta y tonta.
De nada me ha servido todo esto. No podemos vivir ambas a la vez.
Pero de qué estábamos hablando? Ah, ya recuerdo, de dos personas…
Érase una vez una persona tonta. Una persona que pensaba poco, y cuando lo hacía creía que lo estaba haciendo. Érase una vez una persona astuta, que aprendió a identificar las tonteras de la tonta, y que en base a eso construía el mundo de ambas, la tonta no hacia mucho por dirigir el curso de su vida, pero tenia presente que en algún momento debería hacerlo, la persona astuta, no pensaba, simplemente iba haciendo. Pasaron algunos años, digamos que menos tiempo, algunos meses, y las dos personas seguían en las mismas, pero con algunas variantes, las dos poseían emociones, y las emociones les habían hecho algunas cosas… la persona astuta se había llenado de confianza en si misma y creyó que la persona tonta nunca se cansaría de un estado tal de las cosas. A tal punto llego la confianza del astuto, que llego a considerar que la persona tonta era una pseudos-persona, una casi-persona, cómo decirlo…una no-persona. Y casi lo era. La persona tonta, en realidad no hacia mucho por si misma, nada a largo plazo, parecía carecer de la capacidad de pensar en su vida después de una cantidad de años. Eso parecía, porque en realidad ella de vez en cuando pensaba, pero era en la persona astuta, confiaba en ella. Su falta de palabra y voz era un asunto de confianza. Los dos confiaban en el otro, pero cada uno a su manera. Qué paso con estas personas? Bueno, la gente no suele ser buena, o lo es, pero a la manera propia, un día, la persona tonta dejo de confiar en la astuta, pues a tal punto llego la confianza de la astuta que había llegado a subestimar demasiado la capacidad de la tonta. Se puede herir a un persona cuando se piensa por ella, pero en nuestro concepto, se hiere mucho más cuando se siente por ella, así que la persona tonta se sintió realmente afectada cuando comenzó a sentirse como una máquina. La persona astuta estaba cegada por si misma, mientras de un golpe la tonta abrió la boca y realizó una acción. Pero antes de esa acción dudo mucho, caviló, no estaba muy acostumbrada a llevar sus pensamientos al acto, no estaba muy acostumbrada aún, a entender los actos de los demás, ni tampoco estaba muy acostumbrada a llevar sus pensamientos a las palabras. De manera que una vez sintió el impulso dentro de si misma… esta persona débil y tonta hizo algo: mató a la otra.
Hace poco tiempo he recibido noticias de la persona tonta, está en un lugar donde dicen llevan a las personas que no son capaces de responder por si mismas. Un lugar medio diabólico, con personas que pese a que diferentes todas, suelen recibir la misma dosis diarias de los mismos calmantes, medicinas…
He decidido ir a visitar a la persona tonta hoy.
Bueno, para que sienta que yo me acuerdo de ella, y para que sienta que … cualquier cosa, para que sienta cualquier cosa.
Llevo algún tiempo mirándole a los ojos, los cuales tiene hoy medio volados, veo a ésta, la persona tonta y digo, bueno ya no lo parece tanto, es más ya ni parece persona, algo le ha pasado, es raro que se halla negado a venir a la cita conmigo…
Yo le conozco desde hace años, me parece que la conozco desde que me acuerdo de mi, y le conozco bien, pero si me preguntas porque está en ese lugar del diablo, o porque no pensaba demasiado… bueno no sé, yo misma tampoco la entendía, pese a que era casi como mi alma… bueno, qué he dicho? Que era como mi alma… bueno, es que así era, pero no le digas a nadie eso… doy muchas vueltas… en que iba?
- ibas en que la habías visitado hoy y que no estaba consiente-.
Bueno, si estaba o nó conciente, eso es algo que no sé. El hecho está en que me enteré que cuando le dijeron que ya iba llegando la hora de verse con la persona aquella (es decir conmigo)…. Bueno en ese momento se negaba.
Es que no le gustan los espejos, bueno, yo digo que lo que en realidad no le gusta es ella misma, pues porque acaso qué tienen que ver los espejos con ella misma? No le han hecho nada los espejos, ¡como si los espejos tuvieran alma para hacerle daño!
Si, tenia los ojos en otra parte, no me miraba a los ojos y yo si, le ponía la mas bella y sincera de mis sonrisas, pero ella nada… seguía sin mirarme, a veces , y eso me impresionaba más que su aspecto, me miraba sin mirarme, aquella persona tonta… tenia la mirada infinitamente dulce ¡! Esa mirada se opacó una vez por el odio…ya lo sé bien, pues esa persona tonta es como mi alma, la persona de mi alma.
Que peligro tan grande representa el odio en una persona tonta.
ya vez como me enredo de nuevo…te estaba habando de mi persona aquella….
Que qué hice después? Mirarla y mirarla…
Quería amarle.
Pocas veces se tiene ante si de esa manera, tan al natural, todo un fenómeno humano que es capaz de negarse a una mirada llena de todo. Porque no aprovecharlo? Es como cuando en la biblioteca de postgrados de ciencias humanas llega un tipo guapo. Porque no mirarle? Bueno, así yo contemplaba el espectáculo aquel. Sin embargo, así como llega el tipo se va sin que me regale una mirada y menos sin que yo le diga nada, así mismo, esta persona tonta me mira sin mirarme y aún mas me odia sin razones.
-Dices que mataste a una persona astuta?-, le pregunto yo… a ver si se compadece de ésta alma suya que le ama y le habla.
No responde nada.
-Pero tu una vez dijiste que esa persona se llamaba fulana de tal y ésa persona está viva. Ante ti, ahora.
-si , le maté, esa persona eres tu-… escucho su voz por fin… ha hablado!
-Pero qué dices? ¡Si yo soy tu alma! Respondo.
Ya hace años que no hablábamos como hoy, y bueno, hoy por fin hablamos, bueno, si eso es hablar. Digamos que ya estoy cansada… me perdí de nuevo en el eco de su voz dulce como su mirada… cada vez que ella habla me mata de nuevo. Es tan hermosa y profunda la voz aquella, que me quedo atónita, medio moribunda… y resucito por breves instantes cuando viene al encuentro de la persona aquella (es decir yo) a este mismo espejo o cuando el eco de su voz resuena en mi. Momentos de muerte y de vida cortos y agotadores. Saberme viva y muerta, amada y odiada, astuta y tonta.
De nada me ha servido todo esto. No podemos vivir ambas a la vez.
Pero de qué estábamos hablando? Ah, ya recuerdo, de dos personas…